CAPSULA HISTORICA: Carta Pastoral contra Trujillo, Monseñor Panal y los hechos acaecidos el 18 de abril de 1961

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Los hechos acaecidos en La Vega el martes 18 de Abril de 1961 tuvieron su origen en la «Carta Pastoral Colectiva del Episcopado de la República Dominicana» leída en todas las parroquias el 31 de enero de 1960 y la homilía de Mons. Francisco Panal frente al Jefe en la misa del 4 de marzo de 1961 en la Catedral de La Vega en la cual se destaca que Monseñor hizo que Trujillo se arrodillara por primera vez en un templo católico.

“No podemos permanecer insensibles ante la honda pena que aflige a buen número de hogares dominicanos. Por ello, expresamos nuestra paternal simpatía, nuestro profundo pesar y nuestro común sentimiento de dolor ya que es una obra de misericordia consolar al triste”, escribieron los obispos dominicanos en la carta pastoral que marcó la ruptura de la iglesia católica con el régimen de Rafael Leónidas Trujillo.

La carta se produjo en un momento en que el país aun no se había repuesto del exterminio, previa tortura, de los miembros de la expedición que llegó el 14 de Junio de 1959, armas en manos, para enfrentar a la tiranía. Asimismo, en ese tiempo se había producido el apresamiento de unos 350 jóvenes profesionales y miembros de la clase media, algunos con apellidos sonoros, en el llamado “Complot Develado”, de los integrantes del Movimiento Revolucionario 14 de junio que lideró Manuel Aurelio Tavares Justo.   

Joaquin Balaguer leyó la carta pastoral a Trujillo la cual le fue enviada previo a su lectura en las parroquias y analizada con parte de su círculo íntimo integrado por su hermano José Arismendi (Petán), Virgilio Alvarez Pina, Emilio Rodríguez Demorizi y Johnny Abbes García, jefe del Servicio de Inteligencia Militar (SIM). Se ha referido que este documento fue suscrito por Ricardo Pittini, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo y el arzobispo coadjutor de Santo Domingo, Octavio A. Veras.

También, por Hugo Eduardo Polanco Brito, obispo de Santiago de los Caballeros, monseñor Francisco Panal, obispo de La Vega Real, monseñor Tomás F. O’ Reilly, obispo de San Juan de la Maguana, y monseñor Juan Félix Pepén, obispo de La Altagracia. “Con la iglesia no se pelea”, le respondió Trujillo al jefe del SIM cuando le recomendó adoptar medidas duras contra los sacerdotes.

 Y él sabía por qué lo decía ya que la iglesia, a la que otorgó personería en 1932, fue uno de los poderes fácticos de la sociedad que ayudó a sostener la dictadura. Empero, a pesar de que Trujillo dijo que no se pelea con la iglesia, ello fue desoído y se enfrentó a la misma. El 4 de marzo de 1961 monseñor Francisco Panal en un tedeum en la catedral La Vega leyó una homilía tan dura como la pastoral del 31 de enero de 1960, la que fue conocida como la “Pastoral de Panal”.

 A partir de entonces Trujillo ordenó que las misas oficiadas por Mons. Panal fueran interrumpidas por delincuentes, prostitutas y otros malhechores que penetraban violentamente al templo. Esa Pastoral del 31 de Enero marco la ruptura de la iglesia católica con el régimen lo cual se acentuó cuando se le negó concederle al tirano el título de “Benefactor de la Iglesia”, lo cual fue rechazado por los obispos.                                                                                           

 Hace unos años en una actividad organizada por la Academia Dominicana de la Historia, el investigador Reynaldo Espinal Nuñez expuso acerca de versiones que se han escuchado sobre la autoría de la histórica Carta Pastoral leída en los templos católicos dominicanos a finales de enero de 1960.

Dentro de su disertación describió el ambiente en que se desarrollaban las relaciones Iglesia-Estado durante la tiranía y el cambio experimentado luego de la expedición del 14 de Junio de 1959. Dentro de los argumentos expuestos por el investigador Espinal Nuñez citó el siguiente fragmento de la obra «Garabato de Dios.

Vivencia de un testigo» de la autoria de monseñor Juan Felix Pepen: «La gente perseguida o en peligro clamaba por lo bajo a la iglesia, a sus obispos, pidiendo su intervención. La iglesia dominicana no podía ni en conciencia ni en responsabilidad histórica permanecer indiferente…Aunque sabíamos los riesgos, el conflicto entre la iglesia y el régimen era inevitable».         

 El 20 de enero de 1960 llegó al Obispado de Higuey un joven universitario, ex-seminarista, perseguido por el régimen, quien se mostraba bastante desmejorado tanto física como emocionalmente, e impactado por esto monseñor Pepén salio hacia la Nunciatura Apostólica al día siguiente a entrevistarse con monseñor Zanini y el secretario de la Nunciatura Luis Dossena y al relatarle el caso, las expresiones de este, según narra Mons. Pepén, fueron las siguientes: «Esto no puede seguir así! La iglesia tiene que levantar su voz y hablar claro. No hay tiempo que perder!» De acuerdo con el investigador Espinal Nuñez, Zanini le pidio a Pepén el borrador de un documento pastoral por medio al cual pudiera hacerse una declaración publica, pero el primer texto fue escrito con exceso de prudencia y monseñor Zanini no se sintió satisfecho y pregunto sobre quien podría redactarlo. Corrió la voz de que Zanini había sido el autor del nuevo borrador y hasta se afirmó que la carta pastoral fue redactada por iniciativa de los monseñores Francisco Panal Ramirez y Tomas F. O’Reilly; también que se pensó que el redactor había sido Mons. Roque Adames y también se atribuyó la autoria al padre Oscar Robles Toledano.   

 Al día de hoy, según el investigador, «las revelaciones mas plausibles  de que se tienen constancia testimonial apuntan  a que el redactor principal del texto lo fue el destacado sacerdote y orador sagrado de la Orden de los Predicadores (mejor conocida como los Dominicos) Fray Vicente Rubio Sánchez, siendo esto revelado por primera vez por el cardenal Nicolás de Jesús Lopez Rodriguez en una homilía»

Hasta una próxima entrega sabatina !!

Carlos Lester

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